¡El acoso mata!

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El mundo se encuentra consternado por el suicidio de Drayke Hardman, un niño de 12 años, quien víctima de abusos y acoso en su colegio decidió quitarse la vida colgándose de una chaqueta.

Sus padres han iniciado una campaña de concientización sobre los peligros de esta práctica habitual en colegios y que de alguna manera se ha normalizado entre niños y adolescentes.

Sin embargo, el acoso supera el ámbito escolar y permea el ambiente laboral convirtiéndose en moovig, y a pesar de que sus víctimas y victimarios son personas adultas, las consecuencias siguen siendo funestas sobre la salud mental e incluso física de quienes sufren este flagelo.

Se identifican en el Mooving dos tipos de sujetos, una víctima quien padece y recibe el abuso y un victimario, quien infringe comportamientos desproporcionados y cuyo objetivo es causar zozobra, angustia y daño en el otro ocasionando el despido o la renuncia pues debido a la toxicidad del ambiente, el sujeto pasivo tiende a querer huir de este.

Las consecuencias del matoneo en adultos, pueden ser las mismas que en adolescentes, suicidio en el peor de los casos, depresión, enfermedades mentales, metabólicas entre otras, pues el sometimiento a un estrés y angustia constante altera todos sistemas de una persona, con el agravante de que estas conductas afectan su núcleo familiar completo.

Frente al abuso laboral es necesario entender en primera medida que estos comportamientos no son normales, pues si bien, en los ambientes de trabajo hay relaciones jerárquicas estrictas en algunos casos, estas siempre deben girar en torno a los valores del respeto y dignidad del otro y bajo el estandarte de igualdad de todos los seres humanos sin importar su posición social o sus condiciones de salud, sexo, raza entre otros.

No se pueden aceptar conductas dañinas bajo el concepto de normalidad, todo aquello que impacte negativamente en el otro de forma injustificada y desproporcionada es absolutamente agresivo y no debe esconderse tras la regularidad.

Excusar comportamientos bajo la premisa de “él o ella es así” “es que si no los grito no trabaja” “Usted no sirve para nada si uno no le regaña” genera un ambiente laboral dañino para la dignidad humana que merece rechazo y el juzgamiento por las autoridades correspondientes.  

El llamado es a no ser víctimas, a denunciar y a entender que no es normal llegar a la oficina con miedo, pero también a no ser victimarios, a valorar y respetar a todos quienes conforman mi medio de trabajo, a verlos desde la humanidad que nos hace a todos iguales y por ultimo a no ser cómplices a no aceptar que dañen a otro de manera abusiva y a no callar.

Con mis más sinceros deseos de amor, salud y paz

 

CINDY DAYANA LÓPEZ NIÑO
Representante De Los Trabajadores Ante El Comité De Convivencia Laboral
Nivel Central