Entre titos y pizzas

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Bogotá, 17 Junio de 2024 
HABLEMOS CLARO


Desde los inicios del trabajo sindical en la Contraloría General de la República se definió como un aspecto fundamental del quehacer sindical la defensa de nuestro sistema especial de carrera administrativa, de los derechos laborales así como el rechazo a la ocurrencia de prácticas clientelares o de otra índole.

Tanto en los acuerdos laborales CGR de 2015, 2017, 2019, y 2021 como en los Acuerdos Nacionales Estatales y en desarrollo de las recomendaciones de la OIT, se han consensuado compromisos que en general buscan el mejoramiento en las condiciones de trabajo de los funcionarios de la CGR entre las cuales se debe resaltar el reconocimiento y respeto de los derechos laborales.

Y entre esos derechos laborales encontramos el derecho al reconocimiento de su experiencia, de sus conocimientos, al respeto a la condición sexual, al credo religioso, a la militancia política y a la filiación sindical. En conclusión a la dignidad humana.

Y es que la dignidad como seres humanos, como trabajadores, como funcionarios públicos está siendo vulnerada en la CGR por personajes siniestros que prevalidos de apoyos cimentados en el amiguismo y en unas no muy claras relaciones que han originado que contratistas y algunos provisionales asuman la coordinación de grupos de trabajo, no por sus expertísimos  conocimientos ni por su avasalladora experiencia sino por el “poder” y la “autoridad” que se sustenta en el insulto (los de carrera son viejos dinosaurios, dicen), en la agresión verbal (acá se hace lo que yo digo o se va o lo traslado o le quito el encargo), en la intimidación (no sé qué hacer pero se acerca la evaluación o la renovación del nombramiento), en la agresión física y en el amedrentamiento hacia quien osa discutir o cuestionar técnicamente (traslados inconsultos y unilaterales) o sencillamente se acude a la formula perfecta de quitarle funciones, arrinconarlo, desplazarlo de los procesos misionales, darle preponderancia al sequito de áulicos y de contratistas. Ejemplo de ello, lo que viene acaeciendo en la Oficina de Comunicaciones y la Delegada de Participación Ciudadana.

Escuchando al Contralor General en funciones en la rendición de cuentas sentíamos esa extraña sensación porque EL enaltecía la labor de los funcionarios (de TODOS) en la consecución de los resultados. Pero otro clima laboral se vive en varias dependencias. NO necesitamos de más encuestas. Solo se necesita escuchar a los trabajadores. Estamos “mamados” de tanto improperio, de tanto desconocimiento.

Señor Contralor, con todo respeto, y respetando su fuero y autonomía, es hora que renueve su equipo directivo, que lo refresque, porque el trabajo y el compromiso institucional vienen generando un estrés laboral traumático en varios directivos que solo encuentran en el insulto, el atropello, el desconocimiento y el amedrentamiento su estilo “gerencial”.

Necesitamos que estos “Directivos” se comuniquen más e insulten menos, que sean lideres y no dictadores, que trabajen y dejen trabajar, que se acuerden que son funcionarios de paso, de libre nombramiento y algunos son contratistas no directivos, que  no sigan fomentando el atropello, el desconocimiento.

Los funcionarios de la CGR; de carrera y provisionales, estamos altamente comprometidos con el fortalecimiento institucional, con los resultados, pero necesitamos de directivos que con su ejemplo y su comportamiento demuestren que también lo están, que trabajen más y viajen menos. Necesitamos saber si con estos directivos que atropellan y amedrantan, tenemos que utilizar la fuerza de nuestros argumentos o debemos utilizar los argumentos de nuestra fuerza.

Con el afecto de siempre.
Atentamente,

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